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Vuelos a Ginebra con aroma a Islandia

Ginebra se ha convertido en sinónimo de clase y elegancia. Es el hogar de prestigiosas instituciones globales y marcas de lujo: esta es una ciudad con aire refinado, pero también sabe cómo soltarse el pelo. Ven a ver cómo combina clase y cosmopolitismo, con un buen servicio de belleza natural en el costado.

Icelandair ofrece vuelos baratos regulares a Ginebra desde América del Norte para atracones de queso y chocolate, vistas panorámicas de las montañas y paseos y baños a orillas del lago.

Antes de darse un chapuzón en el lago más grande de Europa, ¿te apetece ponerte un traje de baño para empaparte en la Laguna Azul? Cuando reserve vuelos a Ginebra con Icelandair, tiene la oportunidad de agregar una escala en Islandia sin costo adicional.

Influencia internacional e inspiración local

Muchas de las organizaciones internacionales y empresas mundiales más conocidas tienen su sede en Ginebra (las Naciones Unidas y la Cruz Roja, por ejemplo), lo que ha contribuido a que la ciudad sea una de las más multiculturales de Europa. En esta ciudad residen personas de 190 países diferentes.

Tienen la suerte de disfrutar de vistas a las montañas, de parques y de paseos por el lago. El lago Lemán es el más grande de Europa, y los residentes disfrutan en verano de sus atractivas playas.

La ciudad tiene una gran cantidad de museos de fama mundial para visitar, dedicados a la historia, al arte y a tradiciones locales como la fabricación de relojes. Además, tendrá la posibilidad de visitar algunos de los edificios más importantes que tienen aquí su sede, como el Palais des Nations (sede de la ONU) y el CERN, un centro de investigaciones científicas.

No todo es queso y chocolate

No hay sorpresas: la población multicultural de la ciudad come bien. Podrá conocer los locales pijos donde se cierran acuerdos a nivel mundial, las cafeterías del lago donde se congregan los residentes cuando hace buen tiempo, y los sabrosos aperitivos con sabores de todo el mundo. Una de las mejores comidas (y de las opciones más baratas) es un pícnic en alguno de los bonitos parques de la ciudad.

Encontrará el verdadero sabor autóctono en el casco antiguo o en la Place du Bourg-de-Four, la plaza más antigua de Ginebra. Las cafeterías con estilo y clase son mayoría en el precioso barrio de Carouge (conocido como el Greenwich Village de Ginebra), mientras que Pâquis ofrece un terreno favorable para la cocina mundial y los bares nocturnos.

Si está en la búsqueda de especialidades tradicionales, no se olvide de catar la «fondue» de queso, la salchicha ahumada conocida como «saucisson vaudois», o el pescado frito. Y, aunque no hace falta decirlo, el chocolate suizo.

La calidad suiza y los mercadillos

No se pierda las tiendas selectas elegantes que dan servicio tanto a los ciudadanos como a los turistas adinerados. Los recuerdos más característicos de Suiza son la joyería, los relojes y las delicias de chocolate perfectamente empaquetadas.

La zona comercial más glamurosa discurre a lo largo de las calles paralelas a la Rue du Rhône y Rue du Marché, y aunque los precios sean algo excesivos, le compensará observar a los que pasean por allí. Globus son unos grandes almacenes de alto nivel con una zona de cocina gurmé que le abrirá el apetito y que merece la pena visitar.

Lejos de la pompa, las cosas son más sencillas en el Plaine de Plainpalais, donde se celebra un mercadillo al aire libre dos veces por semana y un mercado de productores tres veces por semana. El casco antiguo dispone de grandes tiendas de arte y antigüedades, sobre todo en la Grand Rue y en sus calles aledañas.

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